Las tragedias  que afectan a mi país, ayer fue Chaitén en el sur  de Chile y hoy son las muertes de las 9 adolescentes  en el norte, y los más de 10.000 damnificados de los temporales  que han azotado principalmente la IX Región, los aumentos del precio de las  gasolinas, las situaciones difíciles como las guerras en Medio  Oriente, el terrible tsunami  que asoló el sudeste de Asia, tragedias  aéreas, las aerolíneas acogidas a la ley de quiebra, los despidos masivos en  las empresas, y la terriblé destrucción en la zona costera del sudeste de EE.UU.  por parte de los azotes de los huracanes recientes como el Gustav, son desastres que han traído sufrimientos a  cientos de miles de personas en todo el mundo. Luego de tales padecimientos, la gente ora por  gozar de mejores tiempos. Todos nos enfrentamos a tormentas de vez en cuando,  algunos a unas más severas que otras. Por tanto, puedo entender por qué las  personas preguntan: "¿Por qué pasamos por  tormentas?", "¿Por que tengo tantos problemas y luchas?", "¿No se supone que  Dios me proteja?"Al considerar estas preguntas, he determinado que  es Satanás quien las planta en nuestro pensamiento para mantenernos concentrados  en los problemas y no en la bondad de Dios. Satanás procura atraparnos en las  tormentas y causa que vivamos afligidos. Sin embargo, el fin de algo siempre  trae un nuevo comienzo, ¿Recuerda cuando Jesús visitó a María y Marta después  que Lázaro, el hermano de éstas, llevaba cuatro días muerto? Cuando Jesús  finalmente llegó. Marta le dijo; "Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría  muerto. Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios.  Dios te lo dará" (Juan 11:21-22). ¿De veras creyó Marta esas palabras? La verdad es  que me lo pregunto, porque cuando Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará", Marta  respondió: "Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día  postrero" (w. 23-24). En realidad, no creo que haya entendido lo que Jesús  decía, porque Marta vislumbraba una posibilidad futura, no una realidad del  presente. Cuando Jesús llegó, Marta no preguntó: "¿Por qué no viniste más  temprano?" o "¿Por que no hiciste algo?". En cambio, lo que dijo; "Si hubieses  estado aquí —si hubieses obrado— mi hermano estuviera con vida". No obstante, lo que dijo tuvo el  mismo efecto de una pregunta. ¿No habrá muchos como Marta? Queremos que el  transcurso de nuestra vida vaya sin problemas. Y cuando no marcha bien. Satanás  se aprovecha de la inseguridad para hacernos dudar de que le importemos a  Dios. Casi siempre, nuestra primera reacción es preguntar;  "¿Por qué?", cuando lo que realmente queremos decir es;"Dios, si  de veras te importo y me amas, tú no hubieses permitido que esto  sucediera". En algún  momento dado, ¿se ha hallado usted alguna vez preguntándole a Dios por qué  existen tormentas en su vida? Aunque sea por un momentito, imaginemos que Dios  le diga la razón por la cual usted atraviesa dificultades. ¿Acaso la respuesta  de El cambiaría algo? Usted seguirá con los efectos de la tragedia, y el dolor  será tan intenso como lo dije anteriormente, ¿Cuál será la lección que realmente  usted tiene que aprender? He comenzado a pensar que no es "por qué" lo que  los cristianos verdaderamente le preguntan a Dios. Considero que la pregunta que  realmente hacemos es: "Dios, ¿tú me amas? ¿Te encargarías de mi dolor y  tristeza? No me dejarías solo, ¿verdad?". ¿Será posible que le pidamos explicaciones a Dios por  temer que no le importamos? en cambio, debemos aprender a decir-  "Señor, yo sí creo. No entiendo, y es probable que nunca comprenda las razones  por las cuales suceden las cosas malas, pero ciertamente sé que tú me amas y  estás conmigo siempre". Creo que suele tomar más fe el atravesar por una  situación de forma victoriosa que ser librado de ella. No pierda la esperanza.  Si está sufriendo ahora mismo por alguna perdida, sepa que usted está frente a  un nuevo empezar. Dios ha prometido que todo obrará para nuestro bien. Ya deje de preguntarse "¿por  qué?", y confíe en Dios. 
viernes
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