martes

MES DE LA BIBLIA



Mi historia comenzó aquella mañana cuando me compraron en aquella librería, todo iba bien entre mi dueño y yo, me acuerdo que tuvimos muchos días de estudio juntos, pero un día no llegó a leerme y así pasaron las tardes, las noches y las semanas, hasta que supe la tragedia, él me había cambiado por una de esas Biblias “electro-computarizadas”, que poseía más de 10 versiones bíblicas diferentes, 45 atlas bíblicos, 20 diccionarios léxico-gramaticales, 40 películas bíblicas en DVD y un viaje por los exponentes más importantes de la teología cristiana, desde el Apóstol Pablo, hasta Agustín, Lutero, Karl Barth y Marylin Manson.

Después de estar varios meses polvorienta y olvidada, mi dueño volvió a encontrarme en un rincón del “entretecho”, al parecer tenía unos problemas económicos, su esposa lo había dejado por el cartero, lo había mordido su perro, estaba endeudado del agua, la luz y otras cuentas. Estaba tan mal que intentó suicidarse poniéndose una piedra al cuello y tirándose al mar, pero no funcionó pues había un hombre rana en el fondo del mar a quién le debía como 5000 pesos. Un día intentó matarse, pero estaba tan pobre que no tenía plata para cordel, se ahorcó con un elástico. 4 días estuvo rebotando en el dormitorio, no se mató él, pero ¡vaya que mató polillas!

Fue muy bueno encontrarnos nuevamente en esos lindos momentos de “LLORACIÓN”, pero cuando sus problemas se arreglaron nuevamente, no sólo me olvidó, sino que me dejó botada en la banca de una iglesia en otra ciudad, hasta que un jovencito me encontró y me llevó a su casa, fue ahí donde una señora me abrió en el Salmo 91 y me tuvo así por casi dos semanas junto a unas imágenes de santitos. No creo que le hayan protegido mucho, pues por culpa de las velas que tenía prendidas todos los días, se le incendió la habitación. Gracias a Dios no me quemé, pero de tanto estar abierta ¡¡Tengo un lumbago entre Mateo y Marcos!!

Al llegar a la iglesia de mi nuevo dueño, me di cuenta que muchos lucían unas apoteósicas Biblias de moda, tales como la “Biblia del Ministro”, “la Biblia del diácono”, “la Biblia de la quinceañera”, “la Biblia del director de alabanza”, “ la Biblia de la prosperidad”, esa que cambiaron la palabra Dolor por Dólar, etc.
Otros que se creían muy eruditos, portaban en sus brazos versiones de la Biblia en hebreo, griego, latín, Gerigonsio y una en “lenguas”, para los más espirituales.

Pero ninguna de ellas estaba arrugada, subrayada, al contrario, todas estaban nuevas... mis temores se hicieron realidad cuando el día Domingo el predicador más respetado de la congregación le tocó el turno de predicar y al pararse frente al púlpito, cerró sus ojos, buscó al azar y cuando apuntó con su dedo una porción bíblica, abrió sus ojos y comenzó a leer la genealogía de Jesús, al verse en el problema en que estaba, trato de continuar con la predicación diciendo
“ Creo que el mensaje de hoy ha sido claro y como dice la Palabra en el libro de GÉMINIS, estaba el Faraón sentado en su trono con la Reina VALERA, cuando vino el Apóstol Pedro y le dijo: Faraón, te voy a contar una parábola. Hubo una vez un hombre que tuvo dos hijos, el mayor se llamaba Caín , el menor se llamaba Abel.
Caín tenía 7 vacas gordas, Abel tenía 7 vacas flacas y las 7 vacas flacas se comieron a las gordas, fue ahí donde Caín contrató a unos bandoleros, los “Cuatro jinetes del Apocalipsis”, éstos aprovecharon la oportunidad cuando el hermano menor le pidió a su Padre la herencia que le correspondía y al salir por el camino, le asaltaron, lo golpearon, una parte de este joven cayó al lado del camino, otra parte entre espinos, otra entre pedregales y de lo que recogieron de él, llenaron doce cestas.
Entonces vinieron los tres reyes magos que se llamaban Abraham, José Smith y El Chapulín Colorado, que eran amigos de la víctima y atrapando a los bandoleros los llevaron a un monte alto, entonces cuando Abraham los ató al altar y tenía listo el cuchillo para sacrificarlos, Zaqueo que estaba subido en una zarza ardiendo le dijo: ¡Abraham, mata y come!, y Abraham recapacitó y dijo “ todo me es lícito mas no todo me conviene” así que fue a un arroyo cercano , recogió cinco piedras y poniéndolas en una honda correteó a peñascazo a los malhechores desde Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra ALELUUUUUUUUUUYA!!! ”

¡Que increíble que haya tanta gente que ocupa la Biblia y no habla de la Biblia! Estoy muy molesta también, porque hay algunos que me estudian para saber si Adán tenía ombligo, o si el diablo era director de alabanzas o diácono en el cielo. ¡A quién le importa si el Chupacabra iba en el Arca de Noé!, algunas iglesias se han dividido por culpa de estos supuestos “descubrimientos”. No faltan los equivocados que meten la Biblia en el horno, para a Dorar a Dios.

Y así podría estar todo un día contándoles cómo algunos se han vacunado en contra del evangelio, por culpa de otros que se empecinan en buscar algún mandamiento que prohíba el “chicle” u otros que no descansan en afirmar que hay un versículo que exige la patilla a ciertos centímetros de la oreja, o por último, encontrar un texto que afirme cuál es el nudo de la corbata elegido por Dios.

Por eso hoy me dirijo a todos ustedes, mis amigos y amigas que me leen día a día, yo no soy un amuleto de buena suerte ni un libro cabalístico, ni menos un catálogo para responder estupideces. Soy lo que Dios ha dejado en sus manos, para poder conocerle, por eso no basta con leerme ni entenderme, además hay que vivirme.

Por eso, de nada sirve ser sólo un gran líder de “conferencias” y hablar de misión, cuando sólo conocen los alfombrados pisos de un auditorio y las cámaras de televisión, dejando en el olvido el polvo de las calles de la tierra. No sirve mucho ser una persona que sólo ora por los jóvenes desde una plataforma de alguna actividad apoteósica y desconoce aquellos peligrosos barrios donde otro joven se muere por las balas de una pandilla.

Hoy mucho se habla del éxito, de las mega iglesias, de ser prósperos, de ser santos y no pagar el precio, y se llenan las butacas de los templos cuando se imparten estos “principios revelados”, pero si se habla de misericordia, misión social, de piedad, de alcanzar a los desvalidos y desamparados en lugares periféricos, donde ningún ministerio quiere estar, ahí no alcanzan los asientos ni para un puñado de gente.

Es porque hoy los cristianos han cambiado la salvación por las obras, por algo conforme al espíritu de la época. “La salvación por los méritos”, donde lo que tú has logrado, le da valor a lo que eres, donde si tienes un ministerio conocido y numéricamente grande, es porque Dios está contigo.

Pero si leen mis páginas con el corazón de Cristo, no verán las posibilidades para agrandar sus propios bolsillos o sus ansias de ser más famosos, al contrario, verán a un Dios que es el Padre de los huérfanos, protector de las viudas y defensor de los oprimidos. Sólo en ese momento vendrán a sus mentes los rostros de los niñitos pobres que se cuelgan de ti para arrancar un pedacito de cariño, ya que en sus casas no lo reciben, verán la sonrisa de una abuelita abandonada en un asilo, las lágrimas de un inmigrante discriminado en un país extranjero... en síntesis, verán a aquel humilde rabino de Galilea que les dice, “el que quiera ser el mayor, será siervo de todos”.
Autores: Ulises Oyarzun Tobar

1 comentario:

  1. Muy Muy bueno Marcos, entre risas nos lleva a una seria reflexión. Dios te Bendiga!!
    Danilo.

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