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PODRÍA YO SER LA COCA COLA?


"La imaginación es más importante que el conocimiento", decía Einstein. Sin imaginación, el conocimiento lleva a repetir lo que otro o uno mismo ya hizo. Hay dos maneras de ganar experiencia: una es dejando venir al futuro, otra es creándolo. La visión tiene que ver con la fe. Es la convicción de lo que no se ve.
Escuchaste la historia del negocio que vendía bebidas en Atlanta y. por error, mezcló un jarabe dulce con agua carbonada en vez de agua simple? Al dueño, Sa Chandler, le gustó el sabor y decidió ponerlo como otra de las bebidas que se podía tomar en su negocio. La bebida estaba teniendo mucho éxito y se convirtió en la bebida preferida del lugar.
Un día uno de los clientes, B. N. Thomas, le preguntó a Chandler por qué no empezaban a producir la bebida en cantidad, para venderla en botellas que la gente pudiera llevarse a su casa. Chandler dijo que no iba a funcionar.
Pero Thomas insistió y ofreció comprarle la fórmula y el derecho a vender la bebida. La gran suma que Thomas pagó fue de... ¡un dólar!
La bebida se llamó Coca-cola, ahora es el producto más famoso del planeta. Chandler no tuvo visión. Soltó un negocio multimillonario por no ver un poquito más allá de su pequeño negocio.
Dios es dador de visiones. Entre otras cosas, las iglesias crecen cuando tienen clara la meta a la que se proponen llegar. La ven; saben concretamente qué están queriendo lograr. Lo mismo ocurre en la vida individual. Si no has visto la imagen del rompecabezas terminado, es imposible armarlo.
Recuerdo alguna vez haber leído el relato de dos hombres, Saúl y David, se acercaron juntos a la misma intersección y se separaron. Uno de ellos subió los peldaños de un honor sin paralelos, mientras que el otro cayó destruido a un sótano de oscuridad.
El leer esta historia me hacía reflexionar que no todos podemos ser reyes como David, pero sí podemos ser cristianos conforme al corazón de Dios.
Dejando a un lado el atractivo de "estrella de cine" que tiende a desvirtuar la biografía de este famoso rey de Israel, es importante considerar algunos aspectos como; la soledad, la tragedia y las desilusiones del rey. Importante es entender los principios que nos ayudan a conocer el corazón de Dios, y nos animen a fin de que los principios de victoria practicados por David, puedan ser nuestras armas para la lucha.
Hacemos un enfoque de David como rey y como siervo del Rey, y lo presentamos como lo que en realidad fue, un hombre con un corazón para Dios.
El rey pastor
Desde el punto de vista humano, las herramientas que necesitamos para asegurarnos de una posición de liderazgo en el mundo son un rostro bien parecido, carisma, boletines de prensa y una persona hábil en relaciones públicas. Pero esto no cuenta en el reino de Dios. Lo que Dios desea en el líder que Él elige es un corazón servicial. Si tienes tal corazón, el Señor podrá usarte en gran manera.
Desde adolescente David tuvo un corazón servicial. Mientras el joven David servía a su padre pastoreando ovejas en el campo, los otros hijos de Isaí buscaban suerte en carreras militares. Eliab, Aminadab, Sama y los demás irían a su hogar con una licencia de tres días, pavoneándose por las calles con sus uniformes nuevos. Pero David estaba con las ovejas. Sin embargo, mientras los otros hijos de Isaí recibían adiestramiento en arriesgadas maniobras con el ejército del rey Saúl, David estaba solo en el campo recibiendo instrucción de la Escuela del Dios de Israel.
¿Acaso no es grandiosa la manera en que Dios pasa por alto las normas humanas para cumplir su divina voluntad? No hay que preocuparse por hacer las cosas de tal o cual manera, ni de seguir los métodos humanos. Dios tiene sus propios métodos. A veces nos gustaría ir a Dios con el manual de instrucciones, diciéndole:
-Señor, las cosas deben hacerse de esta forma. Aquí están las indicaciones. Ésta es la persona adecuada para ese trabajo.
Sin embargo, Dios mismo elige a sus líderes. No importa si la persona en cuestión es pastor, pescador o recaudador de impuestos. Dios busca un corazón dócil y sensible.
Preguntémosle a Rahab, la prostituta. A Dios no le interesan los títulos, la cuenta bancaria ni el qué dirán. Dios busca corazones serviciales.
Dios miraba por los campos de Israel. Su mirada llegó a Eliab, el hijo mayor de Isaí con su uniforme nuevo, y siguió de largo. Sus ojos finalmente se posaron en un pastor adolescente.
-He aquí un hombre conforme a mi corazón -dijo Dios-. Este muchacho será el rey de Israel.
En la aldea industrializada que es el mundo de hoy, se husmea con ansiedad por encontrar visión. Literalmente, son miles las conferencias acerca de visión patrocinadas por las grandes multinacionales alrededor del mundo. Los ejecutivos de las más grandes corporaciones están siempre en busca de visión. Proverbios 29:18 declara que "dónde no hay visión, el pueblo se extravía" y los líderes de los grandes bloques económicos están de acuerdo. El liderazgo efectivo siempre fue inspirado por una visión.
¿Tienes una visión del reino? ¿Ves a Jesús sentándose en el trono de la vida de tu familia? ¿Lo ves levantándose con victoria sobre Satanás? ¿Lo ves con el puño cerrado reclamando su señorío sobre tu ciudad y con sus brazos abiertos diciéndole te amo aun al último pecador de tu barrio? La imaginación juega un papel fundamental. Necesitamos ver lo que Dios ve. Jesús nos enseñó a orar diciendo "venga tu reino". La pregunta es: ¿Lo ves venir?
No es casualidad que la Biblia termina con una revelación acerca del futuro. La visión nos ubica, nos enfoca. Los hombres y mujeres de Dios que recibieron una tarea de Dios para hacer, tuvieron una visión: vieron cumplida la obra de Dios, y se esforzaron y lucha¬ron por eso.
Finalmente digo; Soy un David
Si le preguntas a cualquier miembro de cualquier iglesia cuál es la manera que Dios más ha usado para bendecir su vida, la mayoría no responderá que fue un libro, ni la Biblia ni una predicación. Si lo piensan bien y son honestos van a responder que lo que más ha influenciado sus vidas fueron personas.
Son personas las que te han ayudado a llegar hasta este lugar de tu tiempo y de tu historia. Seguramente la influencia más grande en tu vida vino de parte de las personas con las que te has podido relacionar. Será tu mamá o tu papá, tu pastor, tu líder de jóvenes, tus amigos o algún modelo de persona que te ha inspirado. Esas personas han sido la máxima influencia de tu vida.
Si ya estás en el liderazgo, probablemente tu estilo ha sido influenciado mucho más por los modelos de liderazgo que has tenido que por alguna clase teórica de liderazgo, si es que tomaste alguna.
En la iglesia puede haber buenas enseñanzas teóricas, pero si no hay testimonios de vida las verdades bíblicas, quedarán en las cabezas y no se traducirán a la práctica. La iglesia del siglo pasado puso demasiadas esperanzas en las predicaciones y aunque muchos no quieran admitirlo, fracasamos. Lo digo como predicador: no es por medio de un discurso de cuarenta minutos frente a un micrófono que vamos a conseguir los resultados más consistentes; es a través de relaciones. Los cambios los producen líderes que influyen en otros para que vengan a Cristo.
Dios te está llamando. Hasta ahora tal vez pensabas que el liderazgo es para los demás; o quizás lo considerabas un derecho exclusivo que te pertenecía sólo a ti. Ni lo uno ni lo otro: el liderazgo es para cada cristiano. He revisado varias definiciones de liderazgo, y todas tienen que ver con lo que se espera de cualquier cristiano.
Es cierto que algunos nacen con un paquete ideal para llegar al liderazgo y otros tienen un don espiritual particular. Cada uno será responsable por lo que pueda lograr con lo que recibe, pero lo cierto es que el liderazgo es para todos los nacidos de nuevo.
Coca cola sigue siendo la bebida líder del mundo.

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